Una nueva investigación, publicada en Clinical Psychological Science, encontró un factor de riesgo importante en cuanto a la posibilidad de que una persona que ha padecido depresión en el pasado, vuelva a sufrirla en un futuro: sugiere que eso podría deberse a las cosas a las que prestamos atención en la vida.
Investigadores de la Universidad de Binghamton reclutaron 160 mujeres – 60 con historia pasada de depresión, 100 sin historia de depresión – y le mostraron a cada una series de dos caras, una con una expresión neutral y la otra con una expresión de enojo, tristeza o alegría. Mediante el uso de seguimiento de ojos (eye-tracking – proceso que evalúa, o bien el punto donde se fija la mirada -donde estamos mirando-, o el movimiento del ojo en relación con la cabeza), encontraron que las mujeres con historia de depresión pasada prestaron más atención a las caras enojadas. Y lo más importante, entre las mujeres con una historia de depresión anterior, aquellas que tendían a mirar más a los rostros enojados tuvieron mayor riesgo de volver a desarrollar depresión dentro de los siguientes dos años.
Brandon Gibb, profesor de psicología en la Universidad de Binghamton y director del Instituto de Trastornos del Estado de Ánimo y Centro para la Ciencia Afectiva, sostuvo que lo que se mostró es que una persona estará en riesgo de depresión si su atención es predominantemente llamada por personas que aparentan estar enojadas con él/ella, o que son críticas respecto de él/ella.
“Creo que lo más interesante sobre esto es que seguimos a estas mujeres por dos años, y las mujeres que están prestando atención a las caras enojadas son las que tienen mayores probabilidades de volver a deprimirse, y se deprimen en un lapso más corto de tiempo. Así que están en gran riesgo,” dijo Mary Woody, alumna graduada y autora principal del estudio.
“Podríamos ser capaces de identificar a las mujeres que están en mayor riesgo de depresión futura mediante algo tan simple como cómo prestan atención a las diferentes expresiones emocionales en sus mundos.”
Para hacer frente a este tipo de sesgos atencionales, están siendo utilizados programas de computadora y juegos para reentrenar la atención de las personas. Este abordaje ha mostrado ser prometedor en el tratamiento de la ansiedad, y ahora está siendo probado como tratamiento para la depresión. Woody dijo que, al mostrar el rol importante que los sesgos atencionales juegan en el riesgo de depresión, esta nueva investigación resalta lo prometedor de estos tipos de programas de reentrenamiento de la atención. “Algunas personas podrían usar esto en lugar de la terapia tradicional o podrían usarlo como un adjunto al tratamiento tradicional,” agregó Gibb.
Fuente: Binghamton University