Una reciente investigación realizada en Ontario, Canadá; pone en tela de juicio la prescripción de antipsicóticos en personas con Trastorno por Déficit de Atención (TDAH), los cuales poseen limitada evidencia de su eficacia, además de presentar riesgo de daño.
El estudio, publicado en Canadian Journal of Psychiatry días atrás, alerta sobre una tendencia que no es solo propia del país del norte, sino que va en aumento a nivel global, a pesar de la limitada evidencia a favor de estos psicofármacos para el TDAH.
En que consistió la investigación
El objetivo central de los investigadores fue conocer la prevalencia del TDAH en Ontario, las características de los jóvenes diagnosticados con este trastorno, y por último aquellos predictores del tratamiento farmacológico.
Con ese fin, realizaron un estudio retrospectivo de corte transversal, revisando más de 250.000 historias clínicas de atención primaria, que pertenecían a jóvenes de hasta 24 años de edad. Luego de esto, seleccionaron al azar 10.000 historias, utilizando los criterios diagnósticos del TDAH y teniendo en cuenta sus comorbilidades. Como paso final, se calculó el índice de prevalencia, la comorbilidad, indicadores demográficos y la utilización de los servicios de salud.
Dentro de los resultados, hallaron una prevalencia del trastorno del 5,4%, lo cual está en sintonía con estimaciones previas. Se encontraron a su vez comorbilidades significativas con otros trastornos mentales. La gran mayoría de los jóvenes diagnosticados con TDAH, recibieron tratamientos farmacológicos estimulantes y no estimulantes, estando entre los más prescritos las anfetaminas y el metilfenidato.
Recibieron antidepresivos cerca de un 20% de las personas con el trastorno, esto es, 1 de cada 5. Los principales predictores de estos medicamentos fueron la valoración realizada en la consulta psiquiátrica, la edad y comorbillidad con trastornos como ansiedad y depresión.
Por el lado de los antipsicóticos (el principal fue risperidona), se prescribió a casi un 12% de los jóvenes. Sin embargo, aquí lo llamativo, el único predictor de la utilización de estos psicofármacos fue solo la valoración en la consulta psiquiátrica. Una de cada cuatro personas que recibieron antipsicóticos, no presentaba además ningún otro diagnóstico psiquiátrico que sugiriera su uso.
Según se remarca en el estudio, si bien estos fármacos son comúnmente recetados para niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, poseen limitada evidencia acerca de su eficacia, además de riesgo significativo de daño. Incluso, si bien tienen efectos moderados para determinados comportamientos que suelen presentarse en el TDAH, como la conducta oposicionista y la agresividad, no son eficaces para los síntomas centrales del trastorno (la falta de atención y la hiperactividad).
Como señala Paul Kurdyak, autor principal del estudio: “no sabemos por qué estos niños y jóvenes con TDAH están tomando antipsicóticos, pero existe un riesgo asociado con la exposición temprana a los mismos, por lo que necesitamos saber más acerca de por qué se están utilizando, y así poder sopesar los beneficios frente a los riesgos que entraña su uso”.
Conclusiones
Como se desprende de los datos de la investigación, aproximadamente un 25% de niños diagnosticados con TDAH, está recibiendo antipsicóticos a pesar de su moderada eficacia, de no contrarrestar los principales síntomas del trastorno, y de no poseer un diagnóstico comórbido que justifique su uso.
Esto no es una noticia nueva sin embargo. De hecho, dentro de la psicología basada en la evidencia existe todo un movimiento que pone en cuestión el excesivo uso de la medicación en el TDAH (y otros trastornos). En el siguiente enlace podrán leer un artículo publicado el presente año, en el cual se pone en cuestión no solo el abuso de los psicofármacos, sino el del diagnóstico del TDAH en sí mismo en muchos niños.
Para cerrar, debe destacarse con respecto a este tema que los extremos no son buenos. Negar la existencia de un trastorno que produce por ejemplo mayor cantidad de accidentes como peatones en quienes lo padecen (Artigas Pallarés, 2006), es un grave y costoso error. Por el otro lado, sobrediagnosticar y medicalizar en exceso, cuando existen terapias psicológicas eficaces que diseñan estrategias que acompañan al sujeto toda la vida, sin los efectos secundarios de la medicación, es otro grave error. El equilibrio está en el justo análisis y evaluación de quienes poseen TDAH, y la utilización o no de psicofármacos, de acuerdo a una serie de criterios cuidadosamente evaluados.
Pueden visualizar la investigación a la que hace mención el artículo aquí.
Fuente: Infocop
Nota del Editor: si estás tomando algún psicofármaco, no los dejes ni modifiques sin consultar con tu clínico antes. Aún no hay datos definitivos sobre a qué personas pueden serle útiles o necesarios los antidepresivos, por lo cual toda decisión al respecto debe ser consultada con un psiquiatra. Existen varios tratamientos psicológicos con distintas perspectivas que han demostrado ser tan eficaces para depresión como los antidepresivos a corto y a largo plazo (hemos mencionado algunos aquí , y en este link hay una lista más detallada), por lo cual quizá también quieras considerar preguntar a tu psicólogo o psiquiatra sobre alguno de ellos, sobre qué tan eficaz es en tu caso y qué podrías esperar al respecto.
Referencias
Artigas Pallarés, J. 2006. El trastorno de déficit de atención/hiperactividad en la consulta del pediatra. Algunas sugerencias. Revista Pediatría de Atención Primaria. Vol VIII (4) 115- 133.
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