La Academia Americana de Pediatría estipula que el trastornos del espectro autista (TEA) se puede empezar a monitorear desde los 18 meses. Sin embargo el diagnóstico suele realizarse en promedio a los 4 años. Un grupo de investigadores quiso conocer la estabilidad del mismo cuando se realiza a temprana edad.
Para hacerlo contaron con información de 1269 infantes con y sin TEA, que recibieron su primer evaluación diagnóstica entre los 12 y 36 meses. Ellos encontraron que la estabilidad del diagnóstico era alta a partir de los 14 meses. Una vez realizado el diagnóstico las probabilidades de mostrar niveles típicos a los 3 años se veía reducida.
Los resultados sugieren que un diagnóstico temprano de TEA es factible y muy confiable. Además el monitoreo de dicho trastorno es cada vez más común ya que se cree que es clave para que el niño reciba un tratamiento temprano; los resultados abren también la oportunidad de probar el impacto de tratamientos a una edad más temprana para este trastorno.
Según los autores existen pocos estudios sobre los efectos del tratamiento a edades tempranas, pero éstos muestran resultados positivos en las capacidad cognitiva y el lenguaje (1,2, 3, 4).
Limitaciones
Los autores del estudio aclaran que los profesionales que realizaron el diagnóstico final, conocían el diagnóstico previo ya que el DSM-5 requiere que se investigue la historia clínica del paciente en relación a síntomas de TEA. Si bien no descartan la posibilidad de sesgos, ellos creen que la baja estabilidad encontrada en otros grupos etarios (12 meses por ejemplo) podría indicar la confiabilidad de la evaluación de éstos profesionales.
Referencias originales del estudio: Karen Pierce, Vahid H. Gazestani, Elizabeth Bacon et al. Evaluation of the Diagnostic Stability of the Early Autism Spectrum Disorder Phenotype in the General Population Starting at 12 Months. JAMA Pediatrics, 2019 DOI: 10.1001/jamapediatrics.2019.0624
Fuente: Science Daily
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