Suena el despertador. ¿Levantarse y apagarlo o postergar 10 minutos? ¿Bañarse antes de desayunar o en otro momento del día? ¿Qué vestir? ¿Qué comer? ¿A qué hora salir? ¿Ir caminando, en auto o en transporte público? En promedio, tomamos 35,000 decisiones por día. Sí, ¡por día! Y de hecho, hacemos 200 juicios sólo sobre comida. Quizás hayas leído que personas como Steve Jobs, Barack Obama o Mark Zuckerberg, tomaron la decisión de vestir de la misma manera cotidianamente. ¿El motivo? La fatiga de la toma de decisiones.
Las personas tenemos una reserva limitada de energía diaria que depende de un descanso adecuado y sostenimiento. A medida que estos reservorios se agotan, nuestra capacidad para emitir juicios sólidos puede deteriorarse, ya sea que hablemos de comprar por impulso, saltar el gimnasio o reaccionar exageradamente a una molestia leve. Un estudio encontró que a medida que avanzaba el día el porcentaje de fallos favorables de los jueces disminuía debido a que se cansaban de la toma de decisiones. Luego de hacer un descanso aquel porcentaje volvió a aumentar, solo para caer nuevamente al final del día.
Conocer nuestros límites y ser capaces de administrar nuestros recursos internos son factores de gran relevancia para tomar decisiones menos emocionales, según señala Melody Wilding, experta en conducta humana y entrenadora ejecutiva que está constantemente comprometida con un trabajo profundo demandante cognitivamente. Ella ha descubierto una poderosa herramienta para lidiar con la fatiga de la toma de decisiones a la cual ha llamado “HALT”, por las siglas en inglés de las 4 palabras claves.
Primero lo primero: hacer una pausa
Es común que nos cueste reconocer nuestros límites. En su lugar, activamos, nos mantenemos ocupados y negamos nuestra necesidad de recuperación. Esto se debe a que la fatiga por la toma de decisiones esencialmente desactiva nuestra capacidad de autocontrol. No reconocemos los síntomas que nos dicen que necesitamos un descanso. Es por esto que Melody nos recomienda usar el sistema HALT para realizar un autoinventario personal mediante el cual podremos reconocer cuándo somos más vulnerables a tomar decisiones deficientes. Para aprovechar su eficiencia, su creadora sugiere tomar pausas regularmente durante el día para preguntarnos si nos sentimos hambrientos, enojados, solitarios, cansados (HALT).
Esto incluye las necesidades básicas que están integradas en nuestra biología. Si estás lidiando con alguno de estos problemas, es más probable que respondas negativamente a los factores estresantes y tomes malas decisiones. Esta herramienta puede ayudarte a cuidarte mejor y a controlar tus reacciones, ya sea en las relaciones personales o en los negocios.
Si tenés hambre:
El bajo nivel de azúcar en la sangre puede imitar la ansiedad y los síntomas de pánico, según los estudios. Para manejar esto, evitá saltarte comidas o pasar demasiado tiempo sin comer. Si descubrís que tenés hambre, buscá una colación antes de enviar accidentalmente un correo electrónico defensivo a tu jefe.
Si estas enojado:
Si bien la ira es incómoda, es una emoción humana normal y es importante lidiar con ella de manera constructiva. Una investigación sugiere que dar riendas sueltas a esta emoción fuerte hace más daño que bien, así que pensá dos veces antes de publicar un tweet pasivo agresivo, o de azotar puertas para que tu pareja sepa que estás enojado. Sin embargo, reprimir tus frustraciones o ignorarlas tampoco funciona. En su lugar, podrías probar llevar un diario, la relajación progresiva o los ejercicios de mindfulness para que tu corteza prefrontal vuelva a estar al mando.
Si te sentís solo:
Sentirse rechazado, incomprendido o solo puede llevar a internalizar comportamientos como el aislamiento y el retiro autoimpuestos. Los humanos necesitamos interacción para sobrevivir, por lo que es importante atender tus necesidades sociales, incluso si sos tímido o introvertido. Si te encontrás a punto de tomar una decisión emocional o impulsiva, puede ser que la soledad, en lugar de la lógica, esté impulsando tu pensamiento. Levantá el teléfono para llamar a un amigo, oblígate a ir al club de lectura o invitá a un compañero a tomar un café antes de volver al asunto en cuestión. Será mucho más probable que tomes una decisión acertada si tus reservas emocionales están llenas.
Si estás cansado:
Es común presentar el estar “ocupado todo el tiempo” como si fuera una insignia de honor, pero vivir en un estado de agotamiento perpetuo no es sostenible. Destiná tiempo en tu agenda para descansar y recuperarte adecuadamente, y sé diligente en la práctica de la higiene del sueño. Si la tecnología está afectando negativamente tu bienestar, considerá una desintoxicación digital.
Hacé de este sistema un hábito
Una buena estrategia para lograr aplicar este sistema en los momentos en que más la necesitamos es incorporarla en nuestras rutinas y prácticas cotidianas con el fin de forjarla como hábito. Así, por ejemplo, podrías mantener un espacio de 15 minutos entre todas tus citas para tener tiempo de descomprimir y reponerte si fuera necesario. Planificar y preparar (en la medida de lo posible) las comidas de la semana puede ahorrarte energía que podrías dirigir a tus proyectos. Finalmente, podrías planificar terminar cada día con una actividad que te ponga en contacto con otras personas, así solo sea escribir en una cafetería.
Fuente: Quartz
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