Fundamos Psyciencia con el anhelo de crear un lugar para el debate y análisis de la ciencia y de la psicología en particular. Pero rápidamente descubrimos que la gente no suele usar el espacio de comentarios para compartir sus ideas y leer la opinión de los otros. Los comentarios, en lugar de conversaciones, se parecen más a un grupo de personas gritando cada una sus argumentos sin importarles si el otro escucha o no. Como resultado los comentarios raramente aportan argumentos interesantes y análisis valiosos.
No digo que todos sean así. Aquí tienen un ejemplo de un buen debate. Pero son pocos los comentarios que permiten y facilitan una sana participación. El problema es tan grande que incluso las páginas más importantes han decidido eliminar los comentarios de sus artículos y prefieren recibir las opiniones de sus lectores por email, al estilo de la clásica “Carta al editor”.
Pero no todo está perdido. Podemos aprender a escribir buenos comentarios, siempre y cuando entendamos qué se necesita para construir argumentos sólidos que expliquen por qué estamos en desacuerdo con los argumentos previamente.
En el año 2008 Paul Graham escribió una guía, traducida al español por El Diablo en los Detalles, en la cual se presentan y describen los diferentes niveles del estar en desacuerdo que te ayudarán a escribir mejores comentarios.
DH0. Insulto (“Name-calling”)
Esta es una de las formas más bajas de desacuerdo y probablemente también la más común. Todos hemos visto comentarios como:
“¡¡¡eres un maricón!!!”
Es importante darse cuenta también que insultos más articulados tienen tan poco peso el anterior, por ejemplo:
“El autor tiene conocimiento muy superficial y es un ególatra”,
no es más que una versión pretenciosa de “¡¡¡eres un maricón!!!”
DH1. Ad Hominem
Un ataque ad hominem no es tan débil como el mero insulto. Incluso puede que tenga un poco de peso. Por ejemplo, si un senador escribe un artículo diciendo que los sueldos de los senadores debería ser incrementados, uno podría responder:
“Por supuesto que el dice eso, es un senador.”
Esto no refuta el argumento del autor, pero al menos es relevante a la discusión. Sin embargo, todavía es una forma muy débil de desacuerdo. Si hay algo errado en el argumento del senador, uno debería decir lo que es; y si no hay nada errado, ¿que diferencia hace que él sea senador?
Decir que el autor no tiene la autoridad para escribir sobre un tema es una variante de ad hominem – y una forma particularmente inútil, porque las buenas ideas frecuentemente se originan en personas que vienen de otros campos. La pregunta es si el autor tiene razón o no. Si la falta de autoridad le causó el cometer errores, apunta cuáles son. Y si no lo hizo, entonces no hay problema.
DH2. Respondiendo al tono
En el siguiente nivel comenzamos a ver respuestas a lo que se ha escrito en vez de al escritor. La forma más baja de estos niveles es el estar en desacuerdo con el tono del autor, por ejemplo:
“No puedo creer que el autor desestime el Diseño Inteligente en una forma tan poco responsable.”
Aunque es mejor que atacar al autor, esta es todavía una forma muy débil de desacuerdo. Importa mucho más si el autor tiene razón o no que cuál es su tono. Especialmente porque el tono es tan difícil de juzgar. Alguien que tiene un problema con algún tema puede ofenderse por el tono que otros lectores pueden encontrar neutral.
lo peor que uno puede decir sobre algo es criticar su tono
Así que si lo peor que uno puede decir sobre algo es criticar su tono, no está diciendo mucho. ¿Está delirando el autor, pero está en lo correcto? Mejor esto que ser serio pero estar equivocado. Y si el autor no está en lo correcto, menciona en qué.
DH3. Contradicción
En este nivel finalmente obtenemos respuestas a lo que fue dicho, en vez de comentarios sobre cómo o quién lo dijo. La forma más baja de respuesta a un argumento es simplemente plantear el caso opuesto, con poca o ninguna evidencia que lo apoye.
Esto es frecuentemente combinado con frases DH2 como:
“No puedo creer que el autor desestima el Diseño Inteligente en una forma tan irresponsable. El diseño inteligente es una teoría científica legítima.”
Contradicción que puede tener peso a veces. A veces el mero hecho de ver el caso opuesto explícitamente es suficiente para ver que es correcto. Pero habitualmente la evidencia ayuda.
DH4. Contraargumento
En el nivel 4 llegamos a la primera forma de desacuerdo convincente: el contraargumento. Las formas previas pueden ser ignoradas ya que no prueban nada. Contraargumento puede probar algo. El problema es que es difícil saber exactamente qué.
Contraargumento es contradicción más razonamiento y/o evidencia. Cuando es apuntado directamente el argumento original, puede ser convincente. Pero desafortunadamente es común que los contraargumentos sean dirigidos a algo ligeramente distinto. Frecuentemente dos personas discutiendo apasionadamente sobre algo de hecho están discutiendo sobre dos cosas distintas. A veces incluso están de acuerdo el uno con el otro, pero están tan inmersos en su disputa que no se dan cuenta.
Podría haber una razón legítima para argumentar contra algo ligeramente distinto a lo que el autor original dijo: cuando uno cree que se le escapó lo más importante del tema sobre el que escribió. Pero cuando uno hace eso, debería decirlo explícitamente.
DH5. Refutación
La forma más convincente de desacuerdo es la refutación. Es también la más rara, porque requiere más esfuerzo. De hecho, la jerarquía de desacuerdo forma una especie de pirámide, en el sentido que mientras más arriba uno va, menos instancias encontrará.
Para refutar a alguien probablemente tengas que citarlos. Debe encontrar una “pistola humeante”, un párrafo con el que uno está en desacuerdo y que cree equivocado. Si no puedes encontrar una cita con la que estás en desacuerdo, puede que estés en desacuerdo con un espantapájaros.
La forma más convincente de desacuerdo es la refutación. Es también la más rara, porque requiere más esfuerzo
Aunque en general la refutación requiere citación, citación no necesariamente implica refutación. Algunos escritores citan parte de cosas con la que están en desacuerdo para dar la impresión de refutación legítima, y después proceden con una respuesta tan baja como DH3 o incluso DH0.
DH6. Refutar el Punto Central
La fuerza de una refutación depende de qué estás refutando. La forma más poderosa de refutación es refutar el punto central del argumento.
Incluso en formas tan altas como DH5 todavía vemos deshonestidad deliberada, como en el caso cuando alguien elige puntos menores de un argumento y los refuta. A veces el espíritu con que esto se hace lo convierte más en una forma más sofisticada de ad hominem que una refutación real. Por ejemplo, corregir la gramática de alguien, o insistir en apuntar errores menores en nombres o números. Aunque el argumento opuesto depende de esas cosas, el único propósito de corregirlos es desacreditar al oponente.
Refutar algo de verdad requiere que uno refute el punto central, o al menos uno de ellos. Y eso significa que tienes que comprometerte explícitamente a saber cuál es el punto central. Por lo tanto, una refutación realmente efectiva sería algo como
“El punto principal del autor parece ser x. Como él dice:
<cita del artículo original>
Pero esto está equivocado por las siguientes razones….”
La cita que uno destaca como errada no necesita ser el punto principal del autor. Es suficiente refutar algo sobre lo que este punto depende.
Qué significa
Ahora tenemos una forma de clasificar formas de desacuerdo. ¿Para qué sirve? Una cosa que la jerarquía de desacuerdo no nos da es la forma de elegir un ganador. Una respuesta DH6 puede ser completamente errada.
Pero aunque niveles DH no establecen un límite mínimo sobre cuán convincente es una respuesta, si establecen un límite máximo. Una respuesta DH6 puede ser poco convincente, pero una DH2 o más baja siempre es poco convincente.
No tienes que ser cruel cuando tienes algo real que decir. De hecho, no quieres ser cruel. Si tienes algo real que decir, el ser cruel se convierte en un obstáculo
La ventaja más obvia de clasificar las formas de desacuerdo es que ayudará a la gente a evaluar lo que leen. En particular, los ayudará a ver más allá los argumentos más intelectualmente deshonestos. Un expositor o escritor elocuente puede dar la impresión de vencer a un oponente meramente usando palabras fuertes. De hecho esta es probablemente la característica que define a un demagogo. Al darle nombres a las distintas formas de desacuerdo le damos a los lectores críticos una forma de ver esos problemas.
Esas etiquetas también pueden ayudar a otros escritores. La mayor parte de la deshonestidad intelectual es sin intención. Alguien que está argumentando contra el tono de algo con lo que está en desacuerdo puede creer que realmente dice algo. Dar un par de pasos atrás y ver su posición en la jerarquía de desacuerdos puede inspirarlo a tratar de moverse más arriba, a contraargumentar o refutar.
Pero el beneficio más grande de estar en desacuerdo bien no es solo que hará que las conversaciones sean mejores, sino que hará más feliz a los participantes. Si estudias las conversaciones, encontrarás que hay mucha más crueldad en DH1 que en DH6. No tienes que ser cruel cuando tienes algo real que decir. De hecho, no quieres ser cruel. Si tienes algo real que decir, el ser cruel se convierte en un obstáculo.
Si moverse más arriba en la jerarquía hace que la gente sea menos cruel, eso hará que la mayoría de ellos también sean más felices. En general, la gente no disfruta la crueldad, lo hacen porque no pueden evitarlo.
1 comentario
“En general, la gente no disfruta la crueldad, lo hacen porque no pueden evitarlo.”
¿Y aquellos que no son parte de esa generalidad por qué lo disfrutan?
Comentarios no permitidos.