Sin dudas el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 5ta edición) ha sido uno de los manuales más criticados en la historia de la psiquiatría. Diversos movimientos científicos han alzado su voz en contra del excesivo diagnóstico que este manual facilita. Uno de sus críticos más acérrimos es el reconocido psiquiatra Allen Frances, quien fue director del equipo que desarrolló la versión anterior (DSM IV) de dicho manual.
El diario El País, entrevistó a Allen Frances, y en esa conversación explicó que el excesivo uso de medicamentos está acabando con nuestra capacidad para sobreponernos a la adversidad y que la tendencia actual en salud es la de diagnosticar problemas cotidianos. También habló sobre el poderoso control que ejercen las farmacéuticas sobre la salud mental, la hiperinflación diagnóstica del Déficit de Atención y el Asperger, y por último nos dejó con algunas recomendaciones para frenar esta peligrosa tendencia.
La entrevista fue realizada el año pasado, pero no quería dejar pasar la oportunidad de compartirla con aquellos que no la han leído. A continuación algunos de los fragmentos más importantes:
Las diferencias entre el DSM VI y V
“Nosotros fuimos muy conservadores y solo introdujimos dos de los 94 nuevos trastornos mentales que se habían sugerido. Al acabar, nos felicitamos, convencidos de que habíamos hecho un buen trabajo. Pero el DSM IV resultó ser un dique demasiado endeble para frenar el empuje agresivo y diabólicamente astuto de las empresas farmacéuticas para introducir nuevas entidades patológicas. No supimos anticiparnos al poder de las farmacéuticas para hacer creer a médicos, padres y pacientes que el trastorno psiquiátrico es algo muy común y de fácil solución. El resultado ha sido una inflación diagnóstica que produce mucho daño, especialmente en psiquiatría infantil. Ahora, la ampliación de síndromes y patologías en el DSM V va a convertir la actual inflación diagnóstica en hiperinflación.”
El excesivo diagnóstico del Trastorno del Déficit de Atención:
“La incidencia real está en torno al 2-3% de la población infantil y sin embargo, en EE UU, están diagnosticados como tal el 11% de los niños y en el caso de los adolescentes varones, el 20%, y la mitad son tratados con fármacos. Otro dato sorprendente: entre los niños en tratamiento, hay más de 10.000 que tienen ¡menos de tres años! Eso es algo salvaje, despiadado. Los mejores expertos, aquellos que honestamente han ayudado a definir la patología, están horrorizados. Se ha perdido el control.”
Sobre el Asperger:
“Ese fue uno de los dos nuevos trastornos que incorporamos en el DSM IV y al poco tiempo el diagnóstico de autismo se triplicó. Lo mismo ocurrió con la hiperactividad. Nosotros calculamos que con los nuevos criterios, los diagnósticos aumentarían en un 15%, pero se produjo un cambio brusco a partir de 1997, cuando las farmacéuticas lanzaron al mercado fármacos nuevos y muy caros y además pudieron hacer publicidad. El diagnóstico se multiplicó por 40.”
Sobre el pedido de medicación que hacen los padres para ayudar a sus hijos en la escuela:
“(…) no hay evidencia a largo plazo de que la medicación contribuya a mejorar los resultados escolares. A corto plazo puede calmar al niño, incluso ayudar a que se centre mejor en sus tareas. Pero a largo plazo no ha demostrado esos beneficios. Segundo: estamos haciendo un experimento a gran escala con estos niños, porque no sabemos qué efectos adversos pueden tener con el tiempo esos fármacos. Igual que no se nos ocurre recetar testosterona a un niño para que rinda más en el fútbol, tampoco tiene sentido tratar de mejorar el rendimiento escolar con fármacos. Tercero: tenemos que aceptar que hay diferencias entre los niños y que no todos caben en un molde de normalidad que cada vez hacemos más estrecho. Es muy importante que los padres protejan a sus hijos, pero del exceso de medicación.”
El poder de las empresas farmacéuticas:
“No supimos anticiparnos al poder de las farmacéuticas para hacer creer a médicos, padres y pacientes que el trastorno psiquiátrico es algo muy común y de fácil solución. El resultado ha sido una inflación diagnóstica que produce mucho daño, especialmente en psiquiatría infantil.”
¨ (…) las farmacéuticas están engañando al público haciendo creer que los problemas se resuelven con píldoras. Pero no es así. Los fármacos son necesarios y muy útiles en trastornos mentales severos y persistentes, que provocan una gran discapacidad. Pero no ayudan en los problemas cotidianos, más bien al contrario: el exceso de medicación causa más daños que beneficios. No existe el tratamiento mágico contra el malestar.¨
Qué podemos hacer para evitar el excesivo consumo de psicofármacos:
“Controlar mejor a la industria y educar de nuevo a los médicos y a la sociedad, que acepta de forma muy acrítica las facilidades que se le ofrecen para medicarse, lo que está provocando además la aparición de un mercado clandestino de fármacos psiquiátricos muy peligroso.”
El efecto que tienen los diagnósticos erróneos:
“Es muy fácil hacer un diagnóstico erróneo, pero muy difícil revertir los daños que ello conlleva. Tanto en lo social como por los efectos adversos que puede tener el tratamiento. Afortunadamente, está creciendo una corriente crítica con estas prácticas. El próximo paso es concientizar a la gente de que demasiada medicina es mala para la salud.”
Qué pueden hacer los pacientes que van al psiquiatra:
“Que en vez de ir al médico en busca de la píldora mágica para cualquier cosa, tengamos una actitud más precavida. Que lo normal sea que el paciente interrogue al médico cada vez que le receta algo. Preguntar por qué se lo prescribe, qué beneficios aporta, qué efectos adversos tendrá, si hay otras alternativas. Si el paciente muestra una actitud resistente, es más probable que los fármacos que le receten estén justificados.”
Las explicaciones de Allen Frances nos remarcan la necesidad de terminar con la tendencia acrítica de aceptar con los ojos cerrados todo lo que trae un nuevo manual. Recuerda que no todo lo nuevo es necesariamente mejor que lo anterior.
Estos fueron solo algunos fragmentos de la entrevista. Te recomiendo leerla completa (click aquí), guardarla y debatirla en tu facultad o con tus colegas.
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