La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psíquico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando lidiamos con la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otras personas y tomamos decisiones.
Los trastornos mentales son condiciones graves que pueden afectar nuestra manera de pensar, nuestro humor y nuestro comportamiento. Son muchos los factores que influyen en la aparición de los mismos. Los genes, la historia familiar, las experiencias en la vida, como también la biología. Actualmente el modelo biopsicosocial juega un papel relevante. Esto se refiere, por supuesto, al papel compartido e interactivo de factores biológicos, psicológicos y sociales en el desarrollo de la salud mental.
En un artículo anterior te presentamos un análisis realizado por Brett Deacon, profesor de psicología en la Universidad de Wyoming (Estados Unidos) donde evalúa la validez, la utilidad y los efectos del modelo biomédico en salud mental, y los principales mitos o creencias que se desprenden de éste modelo.
Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando lidiamos con la vida
Aunque casi todo el mundo está de acuerdo en que los factores sociales, psicológicos y biológicos son inseparables y que los tres elementos son importantes en la salud mental, siguen existiendo profundas discrepancias sobre la relevancia de los factores. Para algunos expertos como Eric Kandel, Premio Nobel en el año 2000 y especialmente destacado en los ámbitos de la Medicina, la Psiquiatría y la Neurofisiología, los factores biológicos o neurológicos tienen primacía, porque apuntalan todo el pensamiento humano, las emociones y el comportamiento (algunas de sus publicaciones las puedes encontrar aquí y son de libre acceso). Para otros, como John Read, los factores sociales son más importantes.
Pensemos en las diferencias entre las personas: la varianza, en lenguaje técnico. Los diferentes tipos de variables se cuantifican de diferentes maneras. Tal vez podamos pensar en una distinción simple entre personas que tienen o han experimentado determinados acontecimientos vitales traumáticos, y entre personas con o sin una anormalidad genética en particular. Eso podría permitirnos comparar el impacto relativo de los factores en la salud mental. Sin embargo, otros factores importantes se miden de manera diferente, la pobreza o la privación social tienden a ser vistos como un continuo, y muchos factores biológicos, el funcionamiento de los neurotransmisores, por ejemplo, también.
Esto se vuelve aún más complejo cuando se añade el papel de la psicología. Los acontecimientos vitales traumáticos, por supuesto, tienen un impacto en nuestra salud mental, pero no todos los que han sufrido tales eventos traumáticos sufrirán en la misma medida; algunas personas son más resistentes que otras. Parte de esa capacidad de resistencia puede provenir de las diferencias biológicas, pero también puede reflejar nuestro aprendizaje y nuestra educación. Nuestra probabilidad de responder a un evento estresante en la vida, como por ejemplo, un estilo rumiativo o una tendencia a la autoculpa van a ser claramente, en parte, una consecuencia de nuestra educación y de los eventos a los que hemos estado expuestos en nuestras vidas.
NO TODOS LOS QUE HAN SUFRIDO TALES EVENTOS TRAUMÁTICOS SUFRIRÁN EN LA MISMA MEDIDA
El punto es que todos estos factores son absolutamente vitales para nuestra salud mental, porque todos están íntimamente asociados con los pensamientos, el comportamiento y las emociones. Respondemos a los acontecimientos en nuestras vidas, por la valoración y el sentido que les damos, y nuestros cerebros son los órganos que hacen este trabajo. Tal vez la mejor manera de acercarnos a la “causa” de la salud mental es preguntarnos si las diferencias entre las personas en términos de salud mental se explican mejor por las diferencias en los eventos que experimentamos, por las diferentes formas en que valoramos y respondemos a estos eventos, por las diferencias en nuestra educación y nuestro aprendizaje a través de la vida, o por las diferencias en el funcionamiento neurológico del cerebro, el órgano mediante el cual realizamos estas evaluaciones y respuestas.
Causas comunes de los problemas de salud mental
No todos los que tenemos que enfrentarnos a los problemas enumerados a continuación tendremos un problemas de salud mental. Más bién, éste se desarrollará cuando las presiones sean mayores que nuestra capacidad para lidiar con ellas. Además, no todos los problemas mentales tienen causas que puedan ser identificadas. A veces no es posible saber la razón por la cual una persona desarrolla un problema de salud mental. Según una reciente publicación de la ONG Hesperian Health Guides, algunas de las causas que afectan a nuestra salud mental son:
Las presiones de la vida diaria
Las actividades y los eventos de la vida diaria generalmente nos ponen bajo presiones que nos causan tensión física y mental. La tensión puede deberse a problemas físicos, como enfermedades o exceso de trabajo. También puede deberse a lo que nos sucede emocionalmente, como el tener conflictos familiares. Aún los eventos que generalmente causan alegría (como el nacimiento de un nuevo bebé o el conseguir un trabajo) pueden producir tensión, puesto que nos cambian la vida.
Las pérdidas y la muerte
Cuando perdemos algo o a alguien que valoramos (a un ser querido, nuestro trabajo, nuestro hogar, o a una amistad muy cercana) es posible que nos sintamos abrumados por la aflicción. Eso también puede suceder si nos enfermamos o desarrollamos alguna discapacidad física.
La aflicción es una reacción natural que nos ayuda a adaptarnos a las pérdidas y a la muerte. Sin embargo, si sufrimos de varias pérdidas a la vez, o si sufrimos de mucha presión en nuestra vida diaria, es posible que comencemos a desarrollar problemas de salud mental.
Los traumas
Cuando algo terrible nos sucede o le sucede a alguno de nuestros seres queridos, podemos sufrir un trauma. Algunas de las causas más comunes de los traumas son la violencia en el hogar, la violación, la guerra, la tortura y los desastres naturales.
Un trauma amenaza nuestro bienestar físico o mental. Como resultado de esto, nos sentimos en peligro, inseguros, impotentes e incapaces de confiar en el mundo o en la gente a nuestro alrededor. Generalmente se requiere mucho tiempo para recuperarse de un trauma, sobre todo si éste fue causado por otra persona, no por la naturaleza. Los traumas que pudimos haber sufrido cuando éramos niños, antes de poder comprender lo que nos estaba sucediendo o de poder hablar de ello, pueden afectarnos durante muchos años sin que nosotros mismos lo sepamos.
Los problemas físicos
Algunos problemas de salud mental se deben a problemas físicos, tales como:
- las hormonas y otros cambios en el cuerpo.
- la desnutrición.
- las infecciones, como las de VIH.
- los plaguicidas, herbicidas y químicos industriales.
- las enfermedades del hígado o de los riñones.
- el exceso de medicamentos, o los efectos secundarios de algunos medicamentos.
- el abuso de las drogas y del alcohol.
- los derrames cerebrales, la demencia y las lesiones de la cabeza.
Siempre hay que considerar la posibilidad de una causa física cuando tratemos los problemas de salud mental. Recordemos también que los problemas físicos pueden ser una señal de un problema de salud mental.
Los cambios en la vida y en la comunidad
En muchas partes del mundo se está forzando a las comunidades a cambiar con demasiada rapidez, ya sea debido a razones económicas o a conflictos políticos. Muchos de esos cambios requieren que las familias y las comunidades alteren por completo su forma de vivir. Por ejemplo, cuando las familias y las comunidades se desbaratan, o cuando la vida cambia tanto que las formas acostumbradas de lidiar con los problemas ya no dan resultado, las personas pueden comenzar a padecer de problemas mentales.
En conclusión, referente al determinismo biológico, las explicaciones no son en sí mismas muy buenas para explicar comportamientos muy complejos y se quedan cortas al explicar las diferencias entre las personas. Es verdad, obviamente, que nuestra conducta es producto del funcionamiento de nuestra mente y que cada acción y pensamiento que tenemos involucra nuestro cerebro. Un modelo biológico es difícil de refutar, pero no añade mucho.
En cuanto al determinismo social, estamos inmersos en una sociedad que nos da soporte y moldea. En parte nos comportamos como lo hacemos por las circunstancias sociales en las cuales nos encontramos. Nuestra conducta se forma como resultado de las contingencias de reforzamiento a las cuales estamos expuestos. A medida que avanzamos en la vida todos nos encaramos con situaciones y oportunidades que nos moldean, moldean nuestros comportamientos.
El determinismo biológico, las explicaciones no son en sí mismas muy buenas para explicar comportamientos muy complejos
Somos, por lo menos en parte, producto de recompensas y castigos que hemos recibido a través de la vida. Y la diferencia comportamental irá en función de estos patrones de refuerzos y castigos durante nuestra vida. Sin embargo, estas explicaciones también son insuficientes. Aunque es cierto que experiencias diferentes en la vida pueden conducirnos a resultados emocionales diferentes, también es cierto que respondemos a estas situaciones de vida similares de manera diferente. Y es que las personas diferimos en cuanto a la forma en que le damos sentido a éstos eventos.
Somos más que meras máquinas biológicas o arcilla moldeada por las presiones sociales y circunstanciales. Somos más que el producto de nuestros genes y las inevitables consecuencias del reforzamiento. Esta forma sencilla de pensar sobre el comportamiento humano tiene implicaciones significativas. Todos nosotros queremos ser más felices, más sanos, tener vidas más gratificantes. Si, en palabras de la Comisión Europea, hemos de realizar nuestro potencial intelectual y emocional, y para encontrar y cumplir con nuestros roles en situaciones sociales, la escuela y la vida laboral, tenemos que entender cómo damos sentido al mundo. Tal vez tengamos que evaluar y reconsiderar ese marco de entendimiento. Afortunadamente, aunque no sencillo en muchos casos, es posible aprender a mirar el mundo de manera diferente.
Si quieres profundizar un poco más sobre el tema de la salud mental, te recomendamos escuchar el siguiente programa: El estigma de la salud mental: mitos y realidades.
Bibliografía:
- Alonso, A. (2012). Relación entre el castigo físico y los trastornos mentales.
- Alonso, M. F. (2012). ¿Cómo podrían influir los traumas infantiles en la salud a lo largo de la vida?.
- Aparicio, D. (2015). 6 mitos del modelo biomédico en salud mental.
- Hesperian.org. (2014). Causas comunes de los problemas de salud mental en las mujeres.
- Kinderman, P. (2015). What does ‘cause’ mean in mental health?.
- MedlinePlus. (2015). Salud mental.
- Nobelprize.org. (2015). Eric R. kandel – biographical.
- Read, J. (2005). The bio-bio-bio model of madness.